Yo te podría explicar lo que se siente cuando cada persona que pasa por tu vida te destroza un poco más, poniendo su piedra en una herida que empeora tras cada decepción.
Yo te podría explicar lo que es llegar a pensar que vas a estar siempre solo, de ilusión a desilusión constante y con alguna lágrima derramada entre medias.
Yo te podría explicar lo cabrón que puede llegar a ser el destino cuando se empeña en repartirte cartas de las que no ganan mientas luchas por tus sueños.
Y yo te podría explicar que basta una sola persona para volver a levantarte buscando guerra, confiando en uno mismo y no en azares, mientras te juegas todo por ella porque notas que lo puede merecer.
Eso sí, esto último no podría explicarlo sin ti.
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