Y en ese momento entendí todo lo que significabas para mí.
Ya era de noche y estábamos a punto de cerrar los ojos.
No había sido un día especialmente diferente, pero dije algo que hizo que los dos nos riéramos a carcajadas sin sentido durante un rato.
La verdad, no necesitábamos mucho más.
Ya no me acuerdo cuándo se cerraron mis ojos al final, pero fue rápido y sobre todo profundamente (como el sueño) feliz.
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