En esta época de Tinder
todavía creo en el amor verdadero.
En quedar para tomar una cerveza y que no cierres
la terraza hasta que flotemos.
Todavía creo en la fidelidad y los sueños.
En el amor a primera vista y quedar para ver los fuegos.
En tu capacidad de sorprender con el móvil olvidado en casa.
Que seas tú ese tren, ese que nunca pasa.
El que nunca esperamos en la estación,
pero nos sorprendió en el bar de debajo de casa.
Mariposas no serán, pero qué sensación.
Maldito autobús, voy a llegar tarde, parece que no pasa.
En esta época de Tinder
quiero mirarte a los ojos,
que hagamos el amor como locos,
que cuando te corras
se apaguen todos los focos de la ciudad
Que el sudor del verano se multiplique por dos,
que durmamos en la playa,
aprendamos a tocar la guitarra, que siempre volemos,
que la vida se apague
y nosotros sigamos riendo.
Que nos descubramos canciones
el uno al otro,
saltemos en conciertos,
sorpresas y desconciertos.
Que mañana repitamos,
multiplicado todo por cuatro.
Que en esta época de Tinder nunca
olvidemos que los ojos,
las manos, la boca,
la forma de hablar… es lo que siempre
nos volverá locos.
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