Cuánto te he extrañado, soledad. Por un tiempo pensé que te había perdido. Pero ahí estabas como una fiel amiga, esa que te abraza cuando la has vuelto a cagar. Y lo hiciste y no te hice caso.
Me sonríes en el espejo del baño cuando no me quiero nada. Me abrazas en la cama y me salvas del frío. Le pegas un tiro a todos mis complejos. Exploras conmigo.
Esos ratitos para mi me salvan ahora de ahogarme. Te necesitaba, formas parte de mí.
Ha sobrado cena. ¿Quieres un poco?
Perdóname por haberte dejado de lado. Estás dentro de mi piel.
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