Se te ha hecho un poco tarde. Siempre parece que vas con tiempo y luego te ríes al salir de casa. «Nunca puntual», parece que dicen tus ojos en el espejo.
Suena «Walter Palmeras» en tu móvil y sonríes. No sabes en qué momento en especial sonó la anterior vez, pero te hace querer pillar tu micro fantasma y cantar encima del colchón.
Ahí queda atrás tu piso en la zona antigua de la ciudad.
Los bares se abren a tu paso.
Y tú solo quieres bailar, bailar hasta que se apaguen las farolas. Bailar sin preocupación. Brindar por las malas épocas que se han acabado y que nunca más vas a repetir.
No dar ni una explicación. Seguir dando todo por la gente que merece la pena y aquello…
Aquello olvidarlo para siempre. Ya fue bastante daño.
Ya fue demasiado tiempo perdido en espirales de autodestrucción mal acompañada.
Y ahora por sorpresa suena «Lady Madrid» tan fresca como el primer día. En el pub más pequeño de la ciudad.
Y todo huele por primera vez
a Olvidado. Atrás quedó
el quiero Olvidar.
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