Y seguro que alguna vez, en alguna pequeña calle de la dudad, nos cruzaremos la mirada unos segundos.
Quizá cambies de acera con tu mano agarrada de otra, quizá yo baje la mirada para no afrontar la realidad.
Quizá por un momento los dos pensemos que aquel no era buen momento pero ahora es peor.
Nos preguntaremos cómo habría sido aquel beso que nunca sucedió.
Que lo deseábamos y en el aire se quedó.
Y llegará la esquina y ahí se acabará todo de nuevo.
Nos perderemos de vista, sin obligarnos esta vez.
Voy a mirar atrás, por si por un momento te descuidas y tu mirada me busca. Y tus ojos se ruborizan.
Llegaré a casa y mis ojos buscarán ese «En línea» y mis dedos no escribirán, aunque se mueran de ganas.
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