Hacia tiempo que quería escribirte esta carta para darte las gracias.
Gracias por estar siempre en los buenos y en los malos momentos. Por tu fiel compañía y por esos paseos interminables.
Por escuchar, por responder con la mirada cuando no sabes hacerlo de otra manera. Por esperarme para la cena.
Por tus ruidos y silencios. Por las noches en las que no quiero hablar con nadie y tú me animas desde la cama.
Por entender, por saber querer.
Por darme todavía más de lo que yo puedo ofrecerte.
Por ser todavía más de lo que esperaba cuando entraste por la puerta.
Alguna gente te llama mascota, y yo pienso que no entienden de nada.
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