martes, 31 de marzo de 2020

"A"

Es un terremoto.
Baila sin pensar.
Sueña muy despierta.
No podría vivir sin chocolate ni besos en el cuello.
Intenta ser de piedra, pero un roce la mata.
De placer. Solo quiere que la mimen y reír.
Aquella tarde...
Aquella tarde: pelis francesas, Kinder bueno, algún abrazo y mis besos en su cuello.
No podía ser menos, ruido en la calle, latidos en su pecho.
Apoyada en mis hombros, sobrevivía...
Así estirada en el sofá, estaba preciosa, le di un beso en la nariz y se enfurruñaba: "La nariz no, idiota".
Y me besaba.
Apoyé un cojín en su cabeza mientras la desnudaba.


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