Lo recuerdas, eras casi una niña. Recorrías los locales de moda, ese Malibú.
Lo conociste y no pensabas en otra acosa. Solo en verlo y besarlo. Era tu vida, se lo perdonabas todo, incluso esas noches donde el mundo sabía dónde estabas tú y te hacías la tonta por no sufrir. Cuántas lágrimas en el cama cuando nadie te veía.
Y ha pasado el tiempo, sin cicatrices por fuera, algunas por dentro. Él sigue haciendo lo que le da la gana y tú te mueres por dentro. Te atrapa la costumbre y el miedo a... Dios sabe a qué.
Le das un beso para no tener que hablar. El sexo es un recuerdo y la pasión se pierde en la basura. Nadie te entiende, quieres escapar...
Cuando el amor se convierte en solo acumular... Se acaba. Y entonces llega el miedo.
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