Se pone pintalabios rojo. Plancha el pelo. Se mira al espejo antes de salir.
Es viernes y queda con sus amigas: zapato de tacón y bailarinas en el bolso.
Bebe alguna copa de más y solo quiere bailar sin parar, reír sin control. Los chicos la invitan en la barra a un chupito de tequila. Quizá dos. Se le mueven los pies, le susurran en el cuello y muerden esos labios.
Y ahoga penas follando en el baño del local. Solo por un rato y nada más. A la mañana siguiente se siente una colilla, apagada antes de acabar.
Y queda una semana para volver a empezar...
(Quiere salvarse).
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