Hace tiempo que murió, pero sigue respirando. Se dio cuenta de que hay momentos en los que no hay marcha atrás, que todo cambia. Y eso modificó su vida. Sigue ahí, pero nada es igual. Avanzan los días, pero no las emociones.
Nada le hace sonreír del mismo modo. Vive a base de sonrisas de galerías y escudos en el pecho. No más daños, nada será parecido. Miedo, siente miedo de caer y no levantarse más. Antiguo dolor.
"Todo mejorará", le susurran. Quiere creer, quiere volver a confiar. Queda mucho, pero en el fondo nuca se rinde.
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