Se llama Daniel. Para mí, un tío más. Un ciclista de élite, un campeón, un luchador, un ganador, un hombre de oro encima de la bicicleta y fuera de ella. La bici fue su vida hasta el último momento. He vivido desde pequeña rodeada de bicicletas. Y él fue el mejor. Si no lo conocéis, buscarle en Google: Daniel Yuste. Llegó a las olimpiadas de México, teniendo una corta carrera en lo más alto.
Seguro que os podéis imaginar todo el esfuerzo que hay detrás de un campeón, una familia que lo dio todo, lo que tenían y lo que no. El esfuerzo de la familia Yuste Escolar no entrarían ni en un millón de páginas.
Hoy, el coranavirus ha ganado la batalla, te ha hecho un Jaque Mate, pero te has convertido en una estrella más en el cielo que alumbrarás tanto como mis abuelos, los tíos, como toda nuestra familia que tan rápidamente, nos abandona. Tenemos esa carga genética. Pasamos poco tiempo en la tierra, pero brillamos una eternidad.
Siempre te recordaré en tu coche de policía, en mi casa cogiendo cerezas, en la piedra durmiendo la siesta, en tu casa que parece un auténtico museo del ciclismo. Has hecho historia en la familia, en Leganés. Formas parte de la historia del deporte. Me siento orgullosa de pertenecer a la quinta generación de pepineros donde pisamos fuerte, donde dejamos huella.
Cuando salga por la noche a la terraza, miraré al cielo... Seguro que una nueva estrella, empieza a brillar.
Patri Izquierdo Díaz
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.