Es bonita, mucho más de lo que ella dice. Odia la cebolla. De esas personas que siempre dicen que sí, que sí, aunque tengan cero ganas de ponerse las botas.
Pídele un favor y ya estará debajo de tu casa.
Le gusta estar y saber, tener todo bajo control, los vestidos y bailarinas. Y sin Coca Cola light no puede vivir. Cree en el amor, y eso que la mataron. Bueno, no, la mataron y la remataron. Conoce un chico que le giró la vida, lo conoce como su mano, enganchada a sus miradas. Se la puso rosa (la vida, digo), se la hizo hermosa. La destiñó y quedó en ruinas.
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