No sé si pido mucho, igual sí, no lo sé... pero me conformaría con poder besarte al menos una vez al día, abrazarte cada vez que tuvieras ganas de llorar y hacerte reír a cada momento. Esperarte cuando salieras del trabajo, cocinar a medias y hacerte olvidar los miedos a base de polvos. Escuchar música todo el día entre las sábanas, ver películas de miedo y simplemente observar cómo ves llover tras la ventana.
Y sí, ya sabes cómo soy, me gustaría poder escribirte algún texto pequeñito cada día, solo por el placer de ver tu sonrisa al leerlo.
Ah, y no te olvides de que podría ser capaz de amanecer cada mañana con mi cabeza entre piernas.
Ahora, valóralo, y si es poco, me lo dices.
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