Hola, quiero enseñarte esta carta, y si eso, le haces una captura a tu corazón.
Empieza así:
Hay corazones con tanto daño que se convierten en agujeros negros en el pecho. Como el tuyo. Pero me da igual que lo tengas totalmente roto y lleno de tiritas, al fin y al cabo, todos los corazones tienen heridas. Sé que te costará, que las piezas tardarán en encajar, que habrá días en que el dolor de los recuerdos sea tan grande que te morirás de ganas de volver a lanzarlo al suelo.
Pero ahí estaré yo, para volver a recogerlo. Aunque sean mil trozos.
No temas, corazón.
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