Ana ha conseguido salir. Le ha costado mucho reconocerse de nuevo en el espejo. Ya no le da miedo que la miren. Ya no teme la hora de comer. Incluso vuelve a merendar como cuando era niña. Ha sido duro. El daño que hace no darse cuenta del daño que te estás haciendo a ti mismo. Ya no tiene que esconderse, sentirse mal. Qué alegría mirarla sonreír. Está mucho más feliz así, aunque antes no se diera cuenta.
El mundo que diga lo que quiera. Ella ya se siente bien consigo misma.
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