viernes, 24 de abril de 2020

Hablando conmigo misma

Me paso el día agradeciendo cosas a la gente, pero es que no me hartaré de decir que soy muy afortunada al tener a la gente que me rodea tan cerca en momento de cuarentena. Donde he perdido a muchos familiares a causa de esta pandemia, donde he sufrido el golpe más duro que me ha dado la vida, y por una vez no hablo del motero, del que cogió la moto e hizo bomba de humo, no. Hablo de un problema que se escapa del razonamiento de las personas, de todas ellas independientemente de la edad que tienen. Es un tema que nunca podré contar en el blog por temas judiciales. Y es el que me ha tocado vivir.

Hablo con muchísimas personas cada día que me contáis vuestras historias, y hacerme caso cuando os digo que os entiendo y os comprendo. Esta entrada es para vosotros. Utilizo mi mayor herramienta que es la empatía. Ahora mismo no soy nadie para aconsejar puesto que ando por la vida como pollo sin cabeza y dando palos de ciego. Estoy intentando salir de mis ruinas, de lo poco que queda de mí. No me apetece andar ligando con chicos que no conozco, no me apetece abrirme de nuevo a nadie, porque considero que son cosas que tienen que salir solas, y empezar totalmente de cero es algo para lo que no estoy preparada y a la par, me da pereza, puesto que todos me salen ranas.

Antes ha escrito una chica para mi blog, bueno, es una vieja amiga, que aunque vayamos de independientes... Y seamos capaces de ser guerreras que se bajan la luna sola, pero nos gusta sentir detalles, cuidados, mimos... No soy tan fuerte como todos me consideráis, y el único que está padeciendo conmigo las noches de pánico es mi amigo Dani como he contado anteriormente. Tengo miedo. Tengo miedo a que la salud me termine de fallar, a no poder controlar mi cuerpo, a no tener poder sobre mis emociones... A echar de menos a quien no lo merece, a volver a apostar al caballo perdedor otra vez... A volverme a dejar la piel en el camino... A dejar el corazón de nuevo en manos de quien no sabe cuidarlo, a que lo vuelvan a maltratar. Tengo muchos miedos que me han ido dejando todos los que han pasado por mi vida. También, sé que puedo con ellos a través de la broma, del vacile, de fotos bonitas y una sonrisa de ensueño. Pero es pura fachada. 

Tengo personas maravillosas por las que salir adelante, en las que apoyarme para tomar impulso, y la verdad, no sé qué he hecho en esta vida, para merecerlas, para que me quieran tan incondicionalmente y me demuestren cada día que confíen en mí, más que yo misma. Es algo, tan grande... Que sí, que hasta yo, reina de los textos, me quedo sin palabras. 

A todos los demás, gracias por estar ahí, detrás de la pantalla.
Por leerme, por vuestros mensajes, por ser tan geniales y los pilares que necesito para seguir intentando cumplir mis sueños.

Buenas noches, ventanitos.

Patri Izquierdo Díaz


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