Quizá leas este libro en un mal momento, en un lugar en el que no querrías estar.
Un hospital, una sala de espera. Una habitación que suena a triste desde que las noticias que te dieron no sonaban a canción.
Y yo no soy mago y, desde luego, no hago milagros.
No tengo ni idea de lo que va a pasar. Ojalá pudiera eliminar todas las enfermedades del mundo.
Sé que es poco, pero solo puedo decirte que no te canses de luchar cada minuto, que es un premio y un motivo para sonreír.
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