¡Dani ha vuelto!
Clara, estarás contenta, con lo que te mola para mí. Pues sí ha vuelto. Volvemos a hablarnos. Estoy contenta por tenerle de vuelta, aunque ya voy con cautela. He vuelto a ser la que era, con mi escudo, mi muralla, y todas mis protecciones. Parece que se me da bien despedirme de la gente cuando tiene intención de desaparecer. Parece. Pero algunas despedidas duelen, aunque por orgullo, ni lo mencione, como fue el caso de Belén en diciembre, o el de Dani... que ya ni me acuerdo. Porque el ser orgullosa, no implica ser rencorosa, es más, se me olvida los motivos de mis enfados. En eso me parezco un poco a mi abuelo.
Quería agradecerte tu regreso, tus bromas, tus fotos o memes cuando te recuerdan a mí, tu interés y tus ganas por vernos después de la cuarentena. Paso a paso. Despacito, necesito coger aire, y volver a relacionarme con seres humanos sin tener miedo a que estos se fuguen. Dada esta situación, es algo que me impide coger cariño o apego a cualquier persona. Mi cabeza me dice que todos son pasajeros, personajes de un solo capítulo, no de mi libro, porque la protagonista soy yo.
Y así es, y esta vez mi corazón está de acuerdo, me dice que no le caben más tiritas, que está harto de sufrir, llorar a los que se van y de echar de menos. Ya no quiere sentir más. Y estoy de acuerdo con él. No quiero sentir nada por nadie en este momento, ni siquiera cariño. Porque duele... Sentir duele. Así que, de momento, amigos con todo el mundo.
P.D. Os voy dejar una pequeña captura de mi conversación con Dani, que me ha hecho gracia. Por cierto, Dani, bonita foto de perfil, gran fotógrafa.
Patri Izquierdo Díaz
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