He dejado de escribir unos días porque he estado un poco falta de ánimo en todos los sentidos. Creo que todos tenemos momentos en los que la cuarentena y todo lo que estamos pasando, pasan factura. Pero quería hacer el esfuerzo de escribir a una persona en concreto. No voy a dar nombres y ella va a saber quién es porque se lo voy a enviar.
Nos conocemos poco, y no puedo hablar de ti abiertamente porque sé que me faltan datos de una vida que me parece, cuanto menos, interesante. Me veo muchas veces reflejada en ti. Me pareces una luchadora en todos los aspectos, en todos los ámbitos. Te voy a hablar desde lo que yo creo e intuyo. Me pareces una leona, como buena Leo que eres, en eso nos parecemos. Nos comemos el mundo con un pronto que aparece cuando menos los esperas, y posiblemente cuando menos conviene. Pero el orgullo no te impide pedir perdón si ves que te has equivocado.
Ahora mismo, eres una de las superherínas con las que contamos. Al pie del cañón, dándolo todo y eso es pura vocación. Seguramente tengas miedo, seguramente llores por la noche con todo lo que ves, sabiendo todo lo que pasa por tus manos y sintiendo la impotencia de primera mano, al ver al coronavirus de cerca, y que en muchas ocasiones, te hará un jaque mate, y te ganará la partida en la que estabas jugando y poniendo todo de ti. Pero tú eres una luchadora. No va a poder contigo, ni con tu familia.
A pesar del trabajo tan bonito que tienes, y en estos momentos, tan duro. Llegas a casa, y te queda lo más importante que tienes en la vida, y estoy segura que en esto me equivoco poco. Te espera la sonrisa más bonita que has visto y que te conquista todos los días. Que supera cualquier pataleta. Que los momentos bonitos, son el motor de aliento y paciencia que necesitas para hacer frente a los más feos. Y que tienes en casa, la mejor recompensa y regalo que te ha podido hacer la vida.
Con este mensaje quiero darte mi ánimo. Sé que hay días en los que lo necesitas, y también sabes que estoy aquí para lo que quieras, ¿vale? Quiero dejártelo escrito en el blog, porque no quiero que pase como algo que se suele decir en estos momentos, no.
Recuerda el lado positivo de todo, recuerda siempre que al llegar a casa tienes unos ojazos junto con una lengua de trapo que quiere estar contigo y contarte qué tal el día, y que se está haciendo mayor. Que cada momento cuenta porque la vida pasa a toda velocidad. Y que para ti, aunque llores, aunque rabies, tienes el coraje y la fuerza necesaria, incluso el carácter, para reírte del mundo si hace falta. Sabes que desde el primer día que conocí a la peque, he confiado en ella, y sé, que puede llegar muy lejos, eso lo hemos hablado. Y eso se contrasta al conocer a sus padres, en concreto a ti.
Puedes con todo, y si te caes, y si fallas, y si lloras..., ¿Qué? No pasa nada, sigues pudiendo con todo. Por ella, por ti. Y no puede tener mejor ejemplo, así que, mucha fuerza, mucho ánimo, que confío en ti plenamente como confié en ella.
De ésta, y de todas, salimos. Ánimo.
Patri Izquierdo Díaz
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