miércoles, 1 de abril de 2020

Vivir en tu ombligo

Me peinaré como pueda. Maldito remolino. Ensayaré mi mejor cara en el reflejo de cada coche.

Me pondré los cascos para apaciguar el miedo. Miraré por la ventana, intentaré no pensar en nada. La brisa en la cara al llegar. Pisando cada baldosa con la punta de mis Converse. Iré al supermercado. Busco algo rico para la cena.

Empieza a oler bien, solo queda una hora.

Te esperaré en el portal mirando para abajo. Llegarás, tan guapa. Dos besos rozando la comisura de tus labios. Espero que no te vayas. Tu cazadora en el sofá.

La mesa preparada. Ríes nerviosa. A ti nunca te pasa nada (o eso parece).

Me escuchas hablar y bebes un poco más para evitar no decir nada.

Vas a buscar el postre a la nevera y al girarte te encuentras mis labios acercándose a los tuyos.

Tus ojos por primera vez hablan. Y ojalá no te fueras hasta las once. De mañana por la mañana Ya saber que yo me quedaría a vivir en tu ombligo. Y tumbarme en la cama. Hablar sin pensar en nada.


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