sábado, 4 de abril de 2020

La talla 38

Ya no esperaba a nadie. Tanta decepción hace que no confíes en ilusionarte de nuevo. Y no sé, apareciste, pero no hiciste que se detuviera el tiempo.

Conseguiste que caminara más despacio pero sonriente. Como la hormiga que lleva comida a casa.

Te veía cantar "Caramelo" y me encanta tu pelo. Brillaba hasta en una coleta. Mi sonrisa parecía hasta bonita cuando sonreía por ti. Y no necesitaba más que tu mano entre mi mano.

Después me dejaste una talla 38 olvidada en mi cama. Sin avisar. Con olor a ti. Un sujetador con las marcas de mis dientes. Unas cuantas canciones antiguas de tu iPod. Y recuerdos a montones acumulados en los cajones. He vuelto a no usar paraguas, ya no puedo taparte. Se acabaron los besos fríos por la ciudad.

Respiro. Pero ya no vivo...


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