Me duele.
Me duele no volver a verte desayunar al girarme en la cocina.
Te sabías uno a uno los imanes de mis viajes en la nevera.
Me duele que te fueras sin avisar.
Que solo fuera un cromo que creías repetido en el patio de un colegio.
Que mis "hola" sean respondidos con monosílabos.
Con la desgana de quien madruga después de no dormir apenas.
Me duele tener que dormir y encontrarme una almohada fría como compañía.
Salir de noche y no querer encontrarte, y verte en cualquier pista.
Y no acercarme...
Me duele no hacerte cosquillas, sobre todo porque ya no soy yo quien te hace reír con ellas por las noches y lo hará alguien que no tiene ni puta idea de cómo te reías.
Y tu sonrisa, ay tu sonrisa, así que duele: saber que no volveré a morderla.
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