PA - TA - TA

Soy de esas personas a las que les gusta inmortalizar todo en fotos y vídeos. Eso sí, también soy de esos que no suben casi nada a las redes sociales. Pienso que las fotos buenas, las que me hacen feliz, no entienden de "me gustas".

Siempre estoy mirando la galería de fotos del teléfono: en el metro, en el autobús, cuando voy al baño, cuando estoy aburrido... siempre. Es algo casi inconsciente -en especual en esos días tontos que me da por sentirme solo-. Me cuesta muy poco sentirme mejor viendo fotos que no quiero enseñar a nadie, como las que son ya viejas y guardo con cariño; las que salgo fatal, pero son de algún momento especial y no las borraría por nada del mundo; aquel viaje inolvidable que tengo que repetir; aquella borrachera mítica; haciendo el ganso con mis amigos... en definitiva, mis momentos. Quizá no tan increíble como los de un influencer, pero míos.

Ahí está mi vida. Por eso me gusta tanto plasmar mis recuerdos, porque tengo clarísimo que en los momentos malos te puedes agarrar a una foto como si fuese un clavo ardiendo. Porque el recuerdo de un momento feliz puede dar fuerza para aguantar hasta que llegue el siguiendo momento feliz; como cuando llevas mucho tiempo sin ver a alguien al que quieres mucho y te pones a ver fotos donde aprecéis juntos, reuniendo fuerzas para seguir esperando un poco más hasta que llegue ese reencuentro.

Por eso, si te digo de repente "pa-ta-ta", sonríe. Quizá, en alguno de esos días tontos que me da por sentirme solo, seas tú quién me haga sentir mejor apareciendo por la galería de mi móvil.