Siete vidas y un día

Caraculo, sonríe.

Estás preciosa con trenzas, con esa cara que se te está quedando.

Con ese cuerpo que me tiene loco en los días de cuarentena.

Con esos ojos tan grandes que te hablan más que la boca si te sientas a escuchar. 

Te he dicho que estás preciosa con trenzas, sin desmerecer ese pelo de leona que tanto echo de menos. Con ese olor tan tuyo que se queda impregnado en las cuatro esquinas de una cama.

Tus manos tan frías que queman en la espalda. Y es que el hielo quema más que el fuego, el fuego que sale de tu boca cual dragona, que grita y desgarra mis labios, dejando tu sabor para una semana y recuerdos para siete vidas y un día.

Peter Pan