No fueron comienzos fáciles. Todo giraba entre sus dudas y barras de labios y los miedos de pantalones apitillados.
Cuando uno sí, el otro no. Idas y venidas. Como esas personas que se desean, pero ninguna da el paso, hasta que todo se termina. Como esa canción que une a dos, pero la escuchan separados.
Cuando él se acercaba, ella se separaba, cobra en mano. Cuando ella pedía un poco más, él daba un poco menos.
Su primer beso fue lleno de ganas, lleno de baile. Una noche donde había dos estrellas más en el cielo.
Cenaron un día, restaurante lleno de gente y solos se sentían. Viajaron de la mano por la ciudad. Reían sin parar. Caricias de portal, besos de hasta mañana. Y un día, observando la luna en el techo de la habitación, se miraron a los ojos.
El sonrió, y dijo:
- Imagínate que canto en MClan.
- ¿Cómo? - respondió sorprendida.
- Quédate a dormir... es todo lo que pido...
Y volaron.
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