viernes, 21 de agosto de 2020

Escríbeme

 Escríbeme. No puedo pedírtelo, como mucho puedo pensarlo con fuerza y esperar que te llegue por telepatía. Un imposible más que estoy dispuesto a intentar por volver a verte. Es de locos, pensar que ahora mi vida gira en torno a una decisión que tienes que tomar tú. Yo creo que lo vas a hacer, aunque mentiría si dijese que quizás es más ilusión que certeza. Ojalá decidas ser valiente. Sé que no es fácil, pero ojalá... Que te armes de valor para huir de todo lo que te atormenta y te vuelvas a dejar llevar por mí, como anoche.

Imagínatelo, horas y horas volando en nuestro mundo, a kilómetros de cualquiera que nos conozca y a escasos centímetros entre los dos. Solos y en distancias cortas, porque nosotros, como nuestros labios, nos sentimos más cómodos juntos. No es necesario que te extiendas mucho, sólo escríbeme "hola" y podrás mi mundo patas arriba; o escríbeme "ven", y en tres segundos iré hacia sonde me pidas. Aunque puestos a pedir a través de un mensaje telepático que es imposible que recibas, escríbeme "te echo de menos"; o mejo aún, "perdona, ¿tienes fuego?". Sí, definitivamente escríbeme eso. Podría ser nuestra clave, ese mensaje insignificante a ojos del mundo y a la vez todo para nosotros. Ese que tiene capacidad para hacernos sonreír como tontos cuando pensamos en el otro.


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