A veces parece que se acaba el
mundo cuando una relación se termina, o cuando, por lo que sea, no te sientes
querido. Pero no hay que olvidar nunca, jamás, que el amor más importante que
se puede recibir sólo nos lo podemos regalar nosotros mismos. Nosotros y sólo
nosotros somos el eje sobre el que gira nuestras vidas. Nosotros y nadie más. Y
si alguien se va porque quiere, ya vendrá también alguien porque quiera.
Y ya está.
Lo importante es centrarse en que
nunca falte el amor propio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.