miércoles, 5 de agosto de 2020

La chica de Nuevos Ministerios

Próxima parada: Nuevos Ministerios

Se abren las puertas.

Apareces.

Te colocas a un metro de mí, agarrándote a la misma barra que yo. Mi mano un poco por encima de la tuya. Noto tu calor. Y éste atrae a la mía como si fuese un imán.

Se cierran las puertas.

Nervios.

Siento la necesidad de quitarme la americana y lo hago. También guardo el libro que estaba leyendo porque no me concentro. Ojalá lo hiciera para hablarte.

Llevas el pelo recogido de forma sencilla, un abrigo negro igual de sencillo y cara de recién levantada. Eres tú, al natural. Y me pareces increíblemente preciosa.

Próxima parada: Santiago Bernabéu

Se repente, te giras, poniéndote de espaldas a mí y de frente hacia la puesta. ¿Por qué? ¿Ya te bajas? Pero ¡si te acabas de subir! No por favor, no te vayas todavía. Te lo grita mi mano y sus ganas de entrelazarse con la tuya. Mi mirada y sus esperanzas de que me la devuelvas. Mi silencio, yo y las ganas de que sepas que estoy a medio metro de ti, cruzando los dedos para que pase algo. Deseando una señal que me de fuerzas para superar el miedo que me invade cuando pienso en hablarte.

Se abren las puertas.

¿Así juegas tú? Te subes para una sola parada, me enamoras, y te vas...

¿Y si no nos volvemos a ver? -joder, tengo que hacer algo-.

Das el primer paso para salir del vagón.

Yo también debería dar un primer paso, pero no hago nada.

Desapareces.

Ese "nada" se me clava como un puñal.

Se cierran las puertas.

Próxima parada: Cuzco

¿Y por qué no he hecho nada?

Porque me aterra más la idea de que me devuelvas un simple "hola", que la de que me ignores.

El miedo a que salga bien. El miedo más tonto del mundo, y a la vez el que más sufro.

Mañana a la misma hora, chica de Nuevos Ministerios. 

Prometo intentarlo. O escribir algo pensando en ti, al menos.

El "nada", como siempre, ya lo llevo puesto.




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