Miedo a descubrir que, tras conocer a alguien, lo necesites. No es tan raro. Soy de las personas que por las mañana no salen de casa sin su coraza en el corazón puesta, a prueba de flechazos y caras bonitas. Pero, de repente, apareces. Y la coraza irrompible, se rompe. Y el chico que no quiere ilusionarse, se ilusiona. Y mi estado de ánimo deja de ser mío.
Y me comería el mundo, o lo
quemaría, en función de si hoy te he visto o no sonreír.
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