Yo estoy lejos de ser alguien increíble. Sólo soy miedos, inseguridades y defectos que trato de disimular riéndome de mí mismo. Una débil máscara de fortaleza que me pongo para que no me hagan daño. Eso sí, al menos me considero verdadero. Cuando me siento bien con alguien, me la quito. Si me transmiten confianza, si de verdad estoy a gusto, me cuesta poco desnudarme "emocionalmente hablando". Y lo doy todo, aunque no tengo mucho. Soy de los que piensan que siempre vale más el todo de un poco, que el mucho de un todo, porque el error es medir en cantidades y no en porcentajes. Es de estúpidos valorar a una persona por lo que da y no por lo que puede ofrecer.
Esa fue nuestra diferencia.
Yo te lo di todo, y tú, tú solo me diste mucho.
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