Sé que no lo podrías entender.
Tampoco lo pretendo.
Sólo sé que me mira, y el lunes
pasa a ser viernes. Sonríe, y las estrellas caen del cielo para poder acercarse
e intentar aprender a brillar como ella. Se desnuda, y la ropa se maldice por
dejar de sentirse parte de algo tan bello. Llora, y el mundo entero se tiñe
gris. Fuma, y del humo de su boca sólo salen corazones. Besa, y las manijas del
reloj se paran, conscientes de la necesidad de hacer eterno el momento. Pasea,
y por dónde pisa aparece la primavera. Te abraza, y las penas huyen como las
gaviotas del invierno. Te dice que “te quiere”, y… no sé cómo explicar cunado
ella te dice que te quiere.
Sólo sé que tiemblo y que no
puedo dejar de sonreír.
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